
“El dolor es siempre mayor que el hombre,
y sin embargo tiene que caberle en el corazón”
Vladimir Holan
Padre, cómo me está faltando
tu forma de caer,
tu parcela de miedo,
y esa razón sin tregua de ser pueblo
que sube de tus ojos a la noche.
Cómo saben a yerba destronada
tu nombre sin ciudades,
las redes agrietadas de tus manos.
Yo, en solitario, te declaro héroe,
te nombro capitán de las ternuras
perdidas y dolientes de la tierra,
te abrazo con la prisa de la ausencia,
y pido tu dolor, tu llaga, el ciego
don de ser hombre roto que me falta.
Necesito caer como caíste
entre la lenta atmósfera sin cantos.
Rodar sobre la tierra
bajo golpes continuos
que nadie sabe quien los da.
Y callarme, callar
bajo la certidumbre de la furia.
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