¡Ahhh…
¡Ahhh…El sueño puede vencer a veces
pero hay que contratarlo de antemano.
Así tu corazón de rosa en fuga
lo contrató el adiós antes de mí.
Yo tuve que vencer
al cielo entero
pero me equivoqué de campanario,
y cuando al fin te tuve entre mis brazos
vi que eras un ángel inviolable.
Esto no es un poema,
pero espero que te confundas tanto
que lo creas…
Ayer llovía, amor.
Y cuando crucé el parque
bajaron por mi espalda
las gotas desnudadas de tu lluvia,
y alcé los ojos
buscándote en la niebla,
pero la niebla era
más alta que tu ausencia.
¡Qué terrible es nacer!
Y se hace a escondidas y sudando,
con una madre siempre
al borde de la vida y de la muerte.
¡Ahhh… Quiero irme
a vivir a otro poema,
que no me duela tanto
cuando estoy olvidándolo.
Quiero creer en Dios
alternativamente azul,
para no ser fanático de nada.
Y correr de aquí a allá,
persiguiendo las flores,
que acostumbran fugarse
hacia el crepúsculo.
¡Ahhh…El sueño puede vencer a veces
pero hay que contratarlo de antemano.
Así tu corazón de rosa en fuga
lo contrató el adiós antes de mí.
Yo tuve que vencer
al cielo entero
pero me equivoqué de campanario,
y cuando al fin te tuve entre mis brazos
vi que eras un ángel inviolable.
Esto no es un poema,
pero espero que te confundas tanto
que lo creas…
Ayer llovía, amor.
Y cuando crucé el parque
bajaron por mi espalda
las gotas desnudadas de tu lluvia,
y alcé los ojos
buscándote en la niebla,
pero la niebla era
más alta que tu ausencia.
¡Qué terrible es nacer!
Y se hace a escondidas y sudando,
con una madre siempre
al borde de la vida y de la muerte.
¡Ahhh… Quiero irme
a vivir a otro poema,
que no me duela tanto
cuando estoy olvidándolo.
Quiero creer en Dios
alternativamente azul,
para no ser fanático de nada.
Y correr de aquí a allá,
persiguiendo las flores,
que acostumbran fugarse
hacia el crepúsculo.
Mi verdad es sencilla:
hay un espejo enfrente
en que me miro,
y necesito convertirme en él.
Yo no tengo razón,
tengo poemas, como dije un día.
Pero pocos me creen,
porque el poema no es para creer,
sino para olvidarnos de creer.
¡Qué grandes ojos tienes en los ojos!
No, no caben en ti,
pero me miran…
Ayer fue abril aunque parecía enero,
y hoy es enero aunque parezcas tú.
Dilo conmigo:
¡Ahhh…¿Verdad que así parece
que seguimos naciendo
con tan sólo besarnos?
hay un espejo enfrente
en que me miro,
y necesito convertirme en él.
Yo no tengo razón,
tengo poemas, como dije un día.
Pero pocos me creen,
porque el poema no es para creer,
sino para olvidarnos de creer.
¡Qué grandes ojos tienes en los ojos!
No, no caben en ti,
pero me miran…
Ayer fue abril aunque parecía enero,
y hoy es enero aunque parezcas tú.
Dilo conmigo:
¡Ahhh…¿Verdad que así parece
que seguimos naciendo
con tan sólo besarnos?
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